La majestuosa mansión se encontraba bajo las alas de la noche silente, como la Vida bajo la envoltura de la Muerte. En su interior, una doncella sentada ante un escritorio de marfil, reclinada su bella cabeza sobre suave mano, como una lila marchita sobre sus pétalos. Miraba, alrededor de sí y se sentía una miserable prisionera que lucha por atravesar los muros del calabozo para contemplar a la Vida, marchando en el cortejo de la Libertad.
Las horas pasaban como los espectros de la noche, como una procesión entonando el fúnebre canto de su pena, y la doncella se sentía segura derramando sus lágrimas en angustiosa soledad. Cuando no pudo resistir más su sufrimiento y se sintió en plena posesión de los secretos de su corazón, tomó la pluma y, mezclando lágrimas y tinta sobre el pergamino, escribió:
Amada hermana:
Cuando en el corazón se apiñan los secretos, y arden los ojos por las quemantes lágrimas, y las costillas parecen estallar con el creciente confinamiento del corazón, no se puede hallar otra expresión de ese laberinto salvo una oleada de liberación como ésta.
Las personas melancólicas gozan lamentándose, y los amantes hallan alivio y condolencia en sus sueños, y los oprimidos se deleitan cuando causan conmiseración. Te escribo porque me siento como un poeta que imagina la belleza de las cosas y compone en versos sus impresiones, presa de un poder divino... Soy como el niño del hambriento que llora por su alimento, haciendo caso omiso de la condición de su pobre y piadosa madre y de su fracaso en la vida.
Escucha mi dolorosa historia, querida hermana, y llora conmigo, pues sollozar es como una plegaria y las lágrimas de piedad son caridad porque surgen de un alma buena y sensible y no se derraman en vano. Fue la voluntad de mi padre que me casara con un hombre noble y rico. Mi padre era como la mayoría de los hombres ricos que, por temor a la pobreza, sólo gozan de la vida cuando pueden acrecentar su riqueza y agregar más oro a sus cofres, para ganar con su esplendor el favor de la nobleza, anticipándose así a los ataques de los días aciagos... Y ahora descubro que soy, con todo mi amor y mis sueños, una víctima sobre un altar de oro que odio, y dueña de un honor heredado que desprecio.
Respeto a mi esposo porque es amable y generoso con todos; trata de hacerme feliz y gasta su oro para complacer mi corazón, pero he descubierto que todas estas cosas no valen lo que un momento de verdadero y divino amor. No te burles de mí, hermana, pues ahora soy una persona muy instruida acerca de los anhelos del corazón de una mujer -ese palpitante corazón como un pájaro en el vasto cielo del amor-, como una copa vuelta a colmar con el vino de los tiempos, añejado para las almas sedientas... como un libro en cuyas páginas se leen capítulos de felicidad y desventura, regocijo y dolor, alegría y pesar. Nadie puede leer este libro, excepto el verdadero compañero que es la otra mitad de la mujer, y que ha sido creado para ella desde el principio del mundo.
Sí, me he convertido en la más sabia de las mujeres en lo que atañe al objeto del alma y el sentido del corazón, porque he descubierto que mis magníficos corceles y carruajes y relucientes cofres de oro y sublime nobleza no valen lo que una mirada de ese pobre joven que espera pacientemente, sufriendo los tormentos de la aflicción y la desventura... Ese joven oprimido por la cruel voluntad de mi padre, prisionero en la estrecha y melancólica celda de la Vida...
Por favor, querida mía, no urdas nada para consolarme, pues la calamidad por medio de la cual he descubierto el poder de mi amor es mi gran consuelo. Ahora miro hacia adelante a través de mis lágrimas, y espero la llegada de la Muerte, que me llevará donde pueda encontrarme con la otra mitad de mi alma, para abrazarlo como lo hacía antes de llegar a este extraño mundo.
No pienses mal de mí, porque cumplo con mi deber de esposa fiel y acato con paciencia y tranquilidad las leyes y reglas del hombre. Lo honro con mi mente, lo respeto con mi corazón y lo venero con mi alma. Pero Dios hizo que diera parte de mí a mi amado antes de conocer a mi esposo.
El cielo ha querido que pasara mi vida junto a un hombre que no me estaba destinado, y mis días se consumen en silencio de acuerdo con la voluntad divina, pero si no se abren las puertas de la Eternidad, continuaré con la bella mitad de mi alma y volveré la vista hacia el Pasado, y ese Pasado es este Presente... Miraré a la vida como la Primavera mira al Invierno, contemplaré a los obstáculos de la Vida como aquél que ha llegado a la cima de la montaña después de trepar por la senda más escarpada.
En ese momento, la doncella dejó de escribir y, ocultando el rostro en el hueco de sus manos, sollozó amargamente. Su corazón se negaba a confiar a la pluma sus más sagrados secretos, pero aceptaba derramar estériles lágrimas que se dispersaban rápidamente, confundiéndose con el éter, refugio de las almas de los amantes y del espíritu de las flores. Después de un momento retomó la pluma y añadió:
¿Recuerdas a ese joven? ¿Recuerdas los destellos que emanaban de sus ojos, y los signos de pesar en su rostro? ¿Recuerdas su risa, que hablaba de las lágrimas de una madre separada de su único hijo? ¿Puedes reconstruir su voz serena, como el eco de un distante valle? ¿Lo recuerdas cuando meditaba, escrutando nostálgica y plácidamente los objetos y hablando de ellos con extrañas palabras, para luego agachar la cabeza suspirando como si temiera revelar los grandiosos secretos de su corazón? ¿Recuerdas sus sueños y creencias? ¿Recuerdas todo esto de un joven a quien la humanidad contaba entre sus hijos, y a quien mi padre miraba con ojos de superioridad porque estaba por encima de la voracidad terrenal y era más noble que la grandeza heredada?
Debes saber, querida hermana, que soy una mártir de este mundo insignificante, y una víctima de la ignorancia. ¿Te condolerás de una hermana que se sienta en el silencio de la horrible noche para verter todo lo que su yo interior encierra, y revelarte los secretos de su corazón? Estoy segura que te condolerás de mí, porque sé que el Amor ha visitado tu corazón.
Llegó el alba, y la doncella se rindió al Sueño, esperando hallar sueños más dulces y placenteros que los que había hallado en la vigilia...
viernes, 29 de noviembre de 2013
martes, 26 de noviembre de 2013
Dios - Gibrán Khalil
En los días de mi más remota antigüedad, cuando el temblor primero del habla llegó a mis labios, subí a la montaña santa y hablé a Dios, diciéndole:
- Amo, soy tu esclavo. Tu voluntad oculta será mi ley, y te obedeceré por siempre jamás.
Pero Dios no me contestó, y pasó de largo como una potente tempestad.
Y mil años después volví a subir a la montaña santa, y volví a hablar a Dios, diciéndole:
- Creador mío, soy tu criatura. Me hiciste de barro, y te debo todo cuanto soy.
Y Dios no contestó; pasó de largo como mil alas en presuroso vuelo.
Y mil años después volví a escalar la montaña santa, y hablé a Dios nuevamente, diciéndole:
- Padre, soy tu hijo. Tu piedad y tu amor me dieron vida, y mediante el amor y la adoración a ti heredaré tu Reino.
Pero Dios no me contestó; pasó de largo como la niebla que tiende un velo sobre las distantes montañas.
Y mil años después volví a escalar la sagrada montaña, y volví a invocar a Dios, diciéndole:
- ¡Dios mío!, mi supremo anhelo y mi plenitud, soy tu ayer y eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo; junto creceremos ante la faz del sol.
Y Dios se inclinó hacia mí, y me susurró al oído dulces palabras. Y como el mar, que abraza al arroyo que corre hasta él, Dios me abrazó.
Y cuando bajé a las planicies, y a los valles vi que Dios también estaba allí.
- Amo, soy tu esclavo. Tu voluntad oculta será mi ley, y te obedeceré por siempre jamás.
Pero Dios no me contestó, y pasó de largo como una potente tempestad.
Y mil años después volví a subir a la montaña santa, y volví a hablar a Dios, diciéndole:
- Creador mío, soy tu criatura. Me hiciste de barro, y te debo todo cuanto soy.
Y Dios no contestó; pasó de largo como mil alas en presuroso vuelo.
Y mil años después volví a escalar la montaña santa, y hablé a Dios nuevamente, diciéndole:
- Padre, soy tu hijo. Tu piedad y tu amor me dieron vida, y mediante el amor y la adoración a ti heredaré tu Reino.
Pero Dios no me contestó; pasó de largo como la niebla que tiende un velo sobre las distantes montañas.
Y mil años después volví a escalar la sagrada montaña, y volví a invocar a Dios, diciéndole:
- ¡Dios mío!, mi supremo anhelo y mi plenitud, soy tu ayer y eres mi mañana. Soy tu raíz en la tierra y tú eres mi flor en el cielo; junto creceremos ante la faz del sol.
Y Dios se inclinó hacia mí, y me susurró al oído dulces palabras. Y como el mar, que abraza al arroyo que corre hasta él, Dios me abrazó.
Y cuando bajé a las planicies, y a los valles vi que Dios también estaba allí.
viernes, 15 de noviembre de 2013
El dios bueno y el dios malo - Khalil Gibrán
El Dios Bueno y el Dios Malo se entrevistaron en la cima de la montaña.
- Buenos días, hermano -dijo el Dios Bueno. El Dios Malo no contestó el saludo.
Y el Dios Bueno prosiguió: -Estás hoy de mal humor.
- Si -dijo el Dios Malo-, porque últimamente me confunden contigo, me llaman por tu nombre y me tratan como si fuera tú, y esto me desagrada mucho.
- Pues has de saber que también a mi me han llamado por tu nombre -dijo el Dios Bueno.
Al oír esto, el Dios Malo siguió su camino, y se fue maldiciendo la estupidez de los hombres.
- Buenos días, hermano -dijo el Dios Bueno. El Dios Malo no contestó el saludo.
Y el Dios Bueno prosiguió: -Estás hoy de mal humor.
- Si -dijo el Dios Malo-, porque últimamente me confunden contigo, me llaman por tu nombre y me tratan como si fuera tú, y esto me desagrada mucho.
- Pues has de saber que también a mi me han llamado por tu nombre -dijo el Dios Bueno.
Al oír esto, el Dios Malo siguió su camino, y se fue maldiciendo la estupidez de los hombres.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
Plegaria del médico: (Moisés Maimónides Siglo XII)
A proposito del post anterior.
Plegaria del médico: (Moisés Maimónides Siglo XII)
Llena mi ánimo de amor para el arte y para todas las criaturas.
No permitas que la sed de ganancia y la ambición de gloria hayan de influirme en el ejercicio de mi arte, porque los enemigos de la verdad y del amor del prójimo, podrían fácilmente descarriarme y alejarme del noble deber de hacer el bien a tus hijos. Sostén la fuerza de mi corazón, a fin de que siempre esté dispuesto para servir al pobre y al rico, al amigo y al enemigo, al bueno y al malvado. Haz que en el que sufre yo no vea más que al hombre.
Que mi entendimiento permanezca claro a la cabecera del enfermo, que no lo distraiga ningún pensamiento extraño, para que tenga presente todo lo que la experiencia y la ciencia me han enseñado, porque grandes y sublimes son las investigaciones científicas que miran a conservar la salud y la vida de todas las criaturas. Haz que mis enfermos tengan confianza en mí y en mi arte, y que sigan mis consejos y prescripciones. Aleja de sus camas a los charlatanes, a la multitud de parientes con sus mil consejos, y a los asistentes que siempre lo saben todo, porque constituyen una raza peligrosa, la que por vanidad hace fracasarlas mejores intenciones del arte, y a menudo arrastra a los enfermos a la tumba. Si los ignorantes me censuran y se burlan de mí, haz que el amor del arte, como una coraza me haga invulnerable para que pueda perseverar en la verdad sin miramientos para el prestigio, el renombre y la edad de mis enemigos.
Incúlcame, Dios mío, indulgencia y paciencia al lado de los enfermos toscos y testarudos. Haz que sea moderado en todo, pero insaciable en el amor por la ciencia. Aleja de mí la idea de que lo sepa todo y de que todo lo pueda. Dame la fuerza, la voluntad y la ocasión de adquirir siempre mayores conocimientos. Que yo pueda hoy descubrir en mi ciencia cosas que ayer no llegaba a sospechar, porque el arte es grande, pero el pensamiento humano penetra siempre más allá.
Las ventajas y desventajas de estudiar medicina
No he podido dormir en toda la noche, estudiando sobre la acalasia (una enfermedad del esófago). Ahora en mi breve descanso, les voy a escribir un breve post sobre mi experiencia como estudiante de medicina, carrera que amo.
Desventajas de estudiar medicina
1. La pérdida de tu vida social. Medicina es una carrera muy exigente. Si no estudias, te atrasas. Si te atrasas no eres competente. Todos los días, sobre todo, cuando uno ya esta dentro de la práctica clínica, el bombardeo de información es muy grande, por lo que debes estudiar todos los días, si no, serás asesinado por la materia.
2. No puedes dormir. Como explique en el punto 1, tu vida es estudiar, y por sobre todo, entender la materia, ya que te estas preparando para salvar vidas humanas, algo no menor, teniendo en cuenta que a los médicos se le deposita una vida en sus manos, y dependiendo de las acciones que estos realicen, la persona puede vivir o morir.
3. Dentro del equipo de salud, los únicos que hablan bien de los médicos son los mismos médicos. Para el resto del equipo de salud (TENS, enfermeros, tecnologos médicos, etc), los médicos somos unas ratas. Y eso se debe a razones que aún no logro comprender muy bien, pero me aventuro a decir que es por dos razones; la primera, es que somos los jefes de ellos, nosotros tenemos que velar que todo salga bien, pues es la responsabilidad del médico la vida del paciente y que todo resulte bien, por lo que, cuando algún eslabón del equipo comete un error, el médico debe retarlo y enseñarle (cosa que muy pocos médicos hacen, la mayoría solo reta); y la segunda, es que por razones de la sociedad, piensan que los médicos se creen dioses y que solo quieren dinero.
4. El prejuicio que tiene la sociedad ante la profesión médica. Este es un tema extenso. Pero solo quiero decir que muy pocos médicos son unas lacras que se creen dioses. La sociedad miran a los médicos de una manera particular, no se si esto solo sucede en Chile o es así en otros países, pero como que las personas tienen dos miradas hacia los médicos: una que somos seres distintos a ellos, algo así que no somos seres comunes, como si no fueramos humanos de carne y hueso, y lo segundo, es que piensan que solo estudiamos esta carrera por el dinero.
Bueno, el primer punto, somos humanos y como tales, podemos cometer errores (aunque en esta profesión cometer errores, a veces, puede tener resultados funestos). Somos humanos, no somos perfectos.
Y lo segundo, una persona que se tortura por 10 años, sin poder dormir, soportando humillaciones (si, los médicos viejitos, cuando te equivocas en la práctica, te tratan de lo peor, te humillan frente al paciente y te dice que no sabes nada y un largo etc que termina bajando la autoestima y creando muchos traumas), todo el estrés y las frustraciones que vives, solo para ganar dinero, lo encuentro ridículo, para eso, prefería estudiar algo más fácil. Lo que si puedo decir, es que algunos médicos, el sistema los pilla, cediendo ante la locura del poder y terminan corrompiendose, pero de esos son los menos (eso espero).
5. Sobre la atención en los consultorios. Solo quiero decir, que trabajar en los consultorios es algo muy frustrante. Solo tienes 15 minutos por pacientes, y en eso solo te lo pasas escribiendo, haciendo que las personas piensen que el médico no esta interesado. Pero el sistema es así, hay mucha demanda y poco personal (esto ya es territorio de las políticas públicas sobre salud, un tema que no me gustaría profundizar).
6. Las humillaciones por parte de los médicos viejitos. No todos tus tutores te tratan mal. Pero siempre esta uno solo, uno que te genera traumas y que más de una vez te saca alguna lagrima y te hace pensar que quizás no sirves para eso.
7. La ira de los familiares de los pacientes. Esto por una parte, es esperable, porque tener a un familiar en un hospital es estresante. Pero algunas veces te pueden llegar sus buenos combos por parte de los familiares.
8. Mientras más avanzas en la carrera, más se te olvida como escribir correctamente. Ya saben lo que dicen de la letra de los médicos.
Ventajas de estudiar medicina
Las ventajas de estudiar medicina son muchas, pero solo colocaré las que más me llenan y las que me hacen despertar cada día a un nuevo día de estudio y a los desafíos que me esperan.
1. Todo paciente es una aventura. Cuando ya estas en tus prácticas clínicas, es donde por fin comprendes en lo que te has metido. Enfrentarse a un paciente, a una persona que tiene miedo, porque no sabe que es lo que tiene, pero tiene muy claro que le hace mal, es difícil. Y cada paciente es distinto. Hay algunos que son muy alegres que te irradian alegría. Hay otros que son gruñones, pero cuando ya te tienen confianza te das cuenta que son un amor de persona. Hay otros que te dan ganas de darle una cachetada y retarlo, porque no están cuidando su vida (eso casi siempre me pasa con las personas que tienen diabetes y no se cuidan). Los abuelitos son personas tan tiernas. Los niños que más de una vez te sacarán una sonrisa. En fin, es todo una agradable aventura tratar a los pacientes, porque hacen que todos tus días sean distintos.
2. Ver los ojos de una persona que esta agradecida porque lo ayudaste y lo guíaste hacia una mejor salud, es algo que no se puede explicar, y es lo que te motiva en seguir adelante, porque como dije anteriormente, los médicos deben primero sanar el miedo a la enfermedad que tienen las personas, las personas llegan con miedo y nuestra misión es decirle lo que tiene y ayudarle a superarlo.
3. La superación diaria. Todos los días debes superarte, ser mejor que ayer, aunque eso debe ser algo primordial en las personas, los estudiantes de medicina y los médicos están obligados a hacerlo, porque si te quedas ahí, si no avanzas, los pacientes se mueren, y eso es algo que nadie quiere.
4. La alegría de ver los resultados de tus esfuerzos. Muchas veces pasa, que estudiamos mucho, no dormimos, no entendemos lo que leemos, no podemos comprender lo que quiere decirnos los pacientes referente a su enfermedad, pero cuando, a pesar de todo eso, logramos diagnósticar correctamente y darles el tratamiento que ellos necesitan para que puedan irse a su casa y ya no tener ese miedo y que el paciente te agradezca, es gratificante porque es un pequeño premio que recibes por todos tus esfuerzos y te dice que esto es lo tuyo y que no cometiste un error al elegir este estilo de vida.
5. La frustración de no saber lo que tiene el paciente y que eso te obligue a estudiar hasta descubrir que quiere decir todos los síntomas y signos que este aqueja. Esto es todo una aventura, poder comprender que es lo que el cuerpo del paciente te grita, lo que te dice, y cuando lo descubres, sientes que has hecho el descubrimiento más grande del universo, sobre todo cuando hay tratamiento para aquella afección (no todo resulta como a uno le gustaría).
En fin, todas estas ventajas superan con creces las desventajas y es lo que me alienta a seguir, ya que muchas veces he pensado que esta carrera es demasiado grande para mi o que no sirvo para ella (pensamiento maligno que tuve después que un médico viejito me tratara como si no supiera nada y que realmente no servía para la profesión). Pero cuando recuerdo mis aventuras con los pacientes, la alegría que emanan sus ojos cuando pierden el miedo a lo que tienen y que se van a curar, el agradecimiento sincero que emanan ellos y sus familiares no lo cambio por nada.
Esto siempre hay que recordar, sobre todo si quieres estudiar medicina, o eres estudiante o ya médico formado, que muchas veces se olvida, y que esta escrito en el juramento Hipocratico y en la plegaria del médico:
Desventajas de estudiar medicina
1. La pérdida de tu vida social. Medicina es una carrera muy exigente. Si no estudias, te atrasas. Si te atrasas no eres competente. Todos los días, sobre todo, cuando uno ya esta dentro de la práctica clínica, el bombardeo de información es muy grande, por lo que debes estudiar todos los días, si no, serás asesinado por la materia.
2. No puedes dormir. Como explique en el punto 1, tu vida es estudiar, y por sobre todo, entender la materia, ya que te estas preparando para salvar vidas humanas, algo no menor, teniendo en cuenta que a los médicos se le deposita una vida en sus manos, y dependiendo de las acciones que estos realicen, la persona puede vivir o morir.
3. Dentro del equipo de salud, los únicos que hablan bien de los médicos son los mismos médicos. Para el resto del equipo de salud (TENS, enfermeros, tecnologos médicos, etc), los médicos somos unas ratas. Y eso se debe a razones que aún no logro comprender muy bien, pero me aventuro a decir que es por dos razones; la primera, es que somos los jefes de ellos, nosotros tenemos que velar que todo salga bien, pues es la responsabilidad del médico la vida del paciente y que todo resulte bien, por lo que, cuando algún eslabón del equipo comete un error, el médico debe retarlo y enseñarle (cosa que muy pocos médicos hacen, la mayoría solo reta); y la segunda, es que por razones de la sociedad, piensan que los médicos se creen dioses y que solo quieren dinero.
4. El prejuicio que tiene la sociedad ante la profesión médica. Este es un tema extenso. Pero solo quiero decir que muy pocos médicos son unas lacras que se creen dioses. La sociedad miran a los médicos de una manera particular, no se si esto solo sucede en Chile o es así en otros países, pero como que las personas tienen dos miradas hacia los médicos: una que somos seres distintos a ellos, algo así que no somos seres comunes, como si no fueramos humanos de carne y hueso, y lo segundo, es que piensan que solo estudiamos esta carrera por el dinero.
Bueno, el primer punto, somos humanos y como tales, podemos cometer errores (aunque en esta profesión cometer errores, a veces, puede tener resultados funestos). Somos humanos, no somos perfectos.
Y lo segundo, una persona que se tortura por 10 años, sin poder dormir, soportando humillaciones (si, los médicos viejitos, cuando te equivocas en la práctica, te tratan de lo peor, te humillan frente al paciente y te dice que no sabes nada y un largo etc que termina bajando la autoestima y creando muchos traumas), todo el estrés y las frustraciones que vives, solo para ganar dinero, lo encuentro ridículo, para eso, prefería estudiar algo más fácil. Lo que si puedo decir, es que algunos médicos, el sistema los pilla, cediendo ante la locura del poder y terminan corrompiendose, pero de esos son los menos (eso espero).
5. Sobre la atención en los consultorios. Solo quiero decir, que trabajar en los consultorios es algo muy frustrante. Solo tienes 15 minutos por pacientes, y en eso solo te lo pasas escribiendo, haciendo que las personas piensen que el médico no esta interesado. Pero el sistema es así, hay mucha demanda y poco personal (esto ya es territorio de las políticas públicas sobre salud, un tema que no me gustaría profundizar).
6. Las humillaciones por parte de los médicos viejitos. No todos tus tutores te tratan mal. Pero siempre esta uno solo, uno que te genera traumas y que más de una vez te saca alguna lagrima y te hace pensar que quizás no sirves para eso.
7. La ira de los familiares de los pacientes. Esto por una parte, es esperable, porque tener a un familiar en un hospital es estresante. Pero algunas veces te pueden llegar sus buenos combos por parte de los familiares.
8. Mientras más avanzas en la carrera, más se te olvida como escribir correctamente. Ya saben lo que dicen de la letra de los médicos.
Ventajas de estudiar medicina
Las ventajas de estudiar medicina son muchas, pero solo colocaré las que más me llenan y las que me hacen despertar cada día a un nuevo día de estudio y a los desafíos que me esperan.
1. Todo paciente es una aventura. Cuando ya estas en tus prácticas clínicas, es donde por fin comprendes en lo que te has metido. Enfrentarse a un paciente, a una persona que tiene miedo, porque no sabe que es lo que tiene, pero tiene muy claro que le hace mal, es difícil. Y cada paciente es distinto. Hay algunos que son muy alegres que te irradian alegría. Hay otros que son gruñones, pero cuando ya te tienen confianza te das cuenta que son un amor de persona. Hay otros que te dan ganas de darle una cachetada y retarlo, porque no están cuidando su vida (eso casi siempre me pasa con las personas que tienen diabetes y no se cuidan). Los abuelitos son personas tan tiernas. Los niños que más de una vez te sacarán una sonrisa. En fin, es todo una agradable aventura tratar a los pacientes, porque hacen que todos tus días sean distintos.
2. Ver los ojos de una persona que esta agradecida porque lo ayudaste y lo guíaste hacia una mejor salud, es algo que no se puede explicar, y es lo que te motiva en seguir adelante, porque como dije anteriormente, los médicos deben primero sanar el miedo a la enfermedad que tienen las personas, las personas llegan con miedo y nuestra misión es decirle lo que tiene y ayudarle a superarlo.
3. La superación diaria. Todos los días debes superarte, ser mejor que ayer, aunque eso debe ser algo primordial en las personas, los estudiantes de medicina y los médicos están obligados a hacerlo, porque si te quedas ahí, si no avanzas, los pacientes se mueren, y eso es algo que nadie quiere.
4. La alegría de ver los resultados de tus esfuerzos. Muchas veces pasa, que estudiamos mucho, no dormimos, no entendemos lo que leemos, no podemos comprender lo que quiere decirnos los pacientes referente a su enfermedad, pero cuando, a pesar de todo eso, logramos diagnósticar correctamente y darles el tratamiento que ellos necesitan para que puedan irse a su casa y ya no tener ese miedo y que el paciente te agradezca, es gratificante porque es un pequeño premio que recibes por todos tus esfuerzos y te dice que esto es lo tuyo y que no cometiste un error al elegir este estilo de vida.
5. La frustración de no saber lo que tiene el paciente y que eso te obligue a estudiar hasta descubrir que quiere decir todos los síntomas y signos que este aqueja. Esto es todo una aventura, poder comprender que es lo que el cuerpo del paciente te grita, lo que te dice, y cuando lo descubres, sientes que has hecho el descubrimiento más grande del universo, sobre todo cuando hay tratamiento para aquella afección (no todo resulta como a uno le gustaría).
En fin, todas estas ventajas superan con creces las desventajas y es lo que me alienta a seguir, ya que muchas veces he pensado que esta carrera es demasiado grande para mi o que no sirvo para ella (pensamiento maligno que tuve después que un médico viejito me tratara como si no supiera nada y que realmente no servía para la profesión). Pero cuando recuerdo mis aventuras con los pacientes, la alegría que emanan sus ojos cuando pierden el miedo a lo que tienen y que se van a curar, el agradecimiento sincero que emanan ellos y sus familiares no lo cambio por nada.
Esto siempre hay que recordar, sobre todo si quieres estudiar medicina, o eres estudiante o ya médico formado, que muchas veces se olvida, y que esta escrito en el juramento Hipocratico y en la plegaria del médico:
Medicina es una profesión de SERVICIO, el cual nuestra arte esta al servicio de las personas sean estas de clase alta o baja, amigo o enemigo, bueno o malvado, donde debemos quitarle el sufrimiento y el miedo.
Muchos saludos
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